29 abril 2016

Aprobada la aplicación de capital de Sniace


Una alegría… pero contenida. 

Tal vez nos pidan que seamos realistas, que no pidamos lo imposible. Desde que se levantó el Concurso de Acreedores, lo que parecía imposible pasó a convertirse en perfectamente posible y hasta lógico, era el objetivo de una lucha para paliar tantas penurias.

Vivimos tiempos extraños y convulsos, nos alegramos de que por fin se haya producido el inicio de la ampliación de capital de Sniace, pero no podemos obviar que nos preocupan los tiempos y la repercusión económica que este retraso está teniendo en la puesta en marcha de Sniace. Porque todavía tendremos que esperar cinco días hasta que dé comienzo, más los quince de la propia ampliación, lo que hace que veamos con preocupación la coincidencia con el 18 de mayo, fecha señalada para la reversión de los despidos en el Tribunal Supremo. Luego tendremos que añadir los dos meses de la puesta en marcha.

Desde el mes de octubre del año pasado, todas las conversaciones con las diferentes Administraciones, así como con la CNMV, han ido encaminadas a evitar esta situación. Por más vueltas que le damos y aunque todo podría ser de otra manera a como hoy lo vemos, no podemos hacer otra cosa que mostrar nuestra frustración y preocupación, por lo que pudiera pasar.
Desde que se firmó el acuerdo laboral en el año 2014, no nos han faltado interlocutores en la Administración, solo hace falta dar un repaso a la multitud de reuniones que hemos mantenido desde el Comité de Empresa. Otra cosa bien distinta, han sido las limitaciones que nos hemos encontrado, de las que hemos tenido amplias muestras, tanto a la hora de la toma de decisiones, como de la extremada lentitud para encarrilar los diferentes asuntos. De lo dicho a lo hecho hay un trecho, aunque en nuestro caso, hablando de la Administración Central y organismos radicados en Madrid, que en última estancia, son los que deciden la mayoría de los asuntos, más parece que lo que hay es un abismo.
Así las cosas, es normal que estemos preocupados por la coincidencia de fechas y por la repercusión, que todo esto pueda tener, en los costes de arrancada que es el fondo de la cuestión. No pretendemos justificar nada, pero estos meses que han sido de mucha actividad, al final, cuando más falta nos hacía, todo el mundo se ha puesto de perfil. 

El tema de Sniace, con los despidos y la posibilidad de liquidación de la compañía en el marco de un complicado Concurso de Acreedores, hay que reconocer que era complejo. No hemos tenido más remedio que caminar por estos caminos espinosos. No hemos pedido imposibles, pero nos hemos topado con todo tipo de dificultades. Y ahora, como se dice últimamente por todas partes: “si no estuviera el gobierno en funciones”.

No creemos estar equivocados al pensar que es posible, pese a que a fuerza de machacones artículos de opinión, han tratado de convencernos de lo contrario. Pero lo imposible, continúa siendo posible y la reapertura de Sniace está más cerca que nunca. Por eso seguimos diciendo que sin esos trámites, sin esas gestiones para evitar la liquidación en el Concurso, sin todas nuestras luchas que tanto nos han criticado y tanto nos has desesperado, hoy no estaríamos a las puertas de la esperada ampliación de capital.

Por tanto compañeros, lo andado hasta ahora, sí ha servido, sin ello no habría sido posible llegar hasta aquí. Por eso y a la espera de que ampliación resulte satisfactoria y poder solventar las dificultades que seguro tendremos, solo nos queda deciros que seguimos siendo optimistas en cuanto a la reapertura de Sniace.